Envejecemos y nos volvemos más vulnerables a las enfermedades no degenerativas. Por suerte, podemos prevenirlas con los cuidados y los profesionales adecuados.

Las enfermedades no degenerativas son aquellas que no están vinculadas a una degradación paulatina, sino que pueden aparecer en cualquier momento si no cuidamos de nuestro bienestar con hábitos saludables. Son las enfermedades agudas que tienen cura, como una infección; o aquellas enfermedades crónicas pero que no implican una progresión, como la hipertensión.

Podemos reducir el riesgo de padecerlas ¿Cómo? Con los cuidados adecuados y, por supuesto, contando con un equipo profesional que nos ayude a disfrutar de una vejez saludable.

La tercera edad está asociada a un estado de salud más delicado. Es la etapa de la vida donde más vulnerable se es, y más riesgo hay de padecer ciertas enfermedades. Durante esta etapa de la vida, se habla mucho de las enfermedades degenerativas (Alzhéimer, Párkinson, demencia, etc.). Nosotros mismos hemos tratado aquí del tema. Sin embargo, no hay que olvidarse de otras condiciones o enfermedades que podemos sufrir según nos hacemos mayores.

Las enfermedades no degenerativas también afectan gravemente al bienestar y la calidad de vida y, aunque pueden darse en cualquier  edad, en la vejez son más propensas a aparecer e incluso a agravarse

señal de trafico con una pareja de señores mayores

Obesidad

La obesidad es el exceso de grasa en el cuerpo. No debemos confundirla con sobrepeso puesto que el peso también está relacionado con los músculos, los huesos y el agua del cuerpo. Pese a que esté asociada a una alimentación poco saludable, entre sus causas también debemos contar factores genéticos o socioculturales, sedentarismo o los efectos secundarios de ciertos medicamentos.

En España un 35,5 % de los hombres y un 40,8 % de las mujeres de más de 60 años tienen obesidad, según datos de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG).

“Un 35,5 % de los hombres y un 40,8 % de las mujeres de más de 60 años tienen obesidad”

Esta condición no solo afecta a la salud física, sino que también influye en la calidad de vida de las personas y en su independencia. Algunos mayores que sufren obesidad no pueden moverse libremente ni hacer ciertas tareas rutinarias como asearse o vestirse sin ayuda. Además, según la SEGG, la obesidad puede ser el desencadenante de otras enfermedades asociadas como son la hipertensión, diabetes o artrosis.

Diabetes tipo 2

La edad juega un papel importante en el tipo de diabetes que puede padecer una persona.  Mientras que el tipo 1 se desarrolla con mayor frecuencia a una edad más temprana, el tipo 2 se diagnostica habitualmente en personas mayores y de mediana edad. Esto se debe a los hábitos alimenticios y el estilo de vida que se ha mantenido a lo largo de los años, que contribuyen a desarrollar poco a poco esta diabetes. Por decirlo de otra forma, a medida que somos más mayores, se supone que hemos estado consumiendo azúcar durante más años.

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Quienes tienen diabetes tipo 1 no producen insulina. Lo que sucede con las personas con diabetes tipo 2 es que no responden a la insulina tan bien como debieran y, con el tiempo, terminan por no producir suficiente insulina.

Como ocurría con la obesidad, la diabetes depende de múltiples factores, como son la dieta, una vida más sedentaria, la genética u otros factores demográficos.

Infarto

A partir de los 65 años somos más propensos a sufrir un infarto o ataque al corazón. Un problema cardiaco que, además, es también una de las principales causas de discapacidad, limitando la actividad y disminuyendo la calidad de vida de las personas mayores que lo sufren.

A medida que envejecemos, experimentamos cambios en el corazón y los vasos sanguíneos. Por ejemplo, según vamos cumpliendo años, nuestro corazón no puede latir tan rápido durante la actividad física o en los momentos de estrés, tal y como lo hacía cuando era más joven.

Hay diferentes tipos de infartos, siendo el más común el infarto de miocardio. Suele empezar por un dolor incipiente en el pecho y brazo izquierdo, acompañado de dificultad respiratoria, náuseas o mareos.

Pero ¿sabías que los síntomas del infarto pueden ser diferentes en hombres y en mujeres? Para ellas, los indicios más comunes son presión en el pecho, incomodidad en cuello, mandíbula, hombros o espalda o dificultad para respirar.

Una de las principales causas de las enfermedades del corazón es la acumulación de grasa en las paredes de las arterias durante muchos años. La buena noticia es que podemos reducir su riesgo. Pero de eso hablaremos más adelante.

Problemas de vista

La edad a veces trae cambios que debilitan la visión y los ojos. Algunos problemas oculares comunes son:

  • Presbicia: es la pérdida de la capacidad de ver objetos cercanos o letra pequeña. Son muchas las personas mayores que utilizan gafas para poder ver de cerca.
  • Cataratas: son áreas turbias que se desarrollan en el cristalino en la parte frontal del ojo. Las cataratas impiden que la luz pase fácilmente a través del cristalino hacia la parte posterior del ojo (la retina), lo que provoca una visión borrosa. Algunas apenas crecen y no alteran la vista. Pero a medida que crecen perjudican gravemente la visión. Por suerte, se trata de un problema de visión que puede operarse.
  • Glaucoma: suele estar relacionado con el aumento de la presión dentro del ojo. Si no se trata, esta afección puede provocar pérdida permanente de la visión y ceguera. Los factores de riesgo para el glaucoma incluyen herencia, edad, raza, diabetes y algunos medicamentos.

Problemas de oído

La pérdida auditiva la provocan factores como una exposición continuada a ruidos altos, el envejecimiento, algunas enfermedades o la herencia genética. Aproximadamente una de cada tres personas entre las edades de 65 y 74 años tiene pérdida auditiva, y casi la mitad de las personas mayores de 75 años tienen dificultad para oír.

“Una de cada tres personas entre las edades de 65 y 74 años tiene pérdida auditiva”

Hay dos categorías generales de pérdida auditiva:

  • La pérdida auditiva neurosensorial: ocurre cuando hay daño en el oído interno o en el nervio auditivo. Este tipo de pérdida auditiva suele ser permanente.
  • La pérdida auditiva conductiva: ocurre cuando las ondas de sonido no pueden llegar al oído interno. La causa puede ser la acumulación de cerumen, líquido o un tímpano perforado. El tratamiento médico o la cirugía generalmente pueden restaurar la capacidad auditiva.

Cómo prevenir y cuidar las enfermedades no degenerativas

Nuestros seres queridos se hacen mayores y, a medida que cumplen años, aparecen nuevas dolencias o empeora la sintomatología de las enfermedades ya existentes. Es normal sentirse confundido o frustrado ante tal situación. A veces el desconocimiento sobre cómo tratarle o simplemente la tristeza de presenciar cómo sufre nos supera.

Un equipo completo, a tu disposición

Por eso, recurrir a profesionales sanitarios con experiencia en el cuidado de mayores es, en ocasiones, la decisión más certera. Por ellos, pero también por ti. Las residencias especializadas ofrecen un cuidado continuo y una atención cercana tanto a los residentes como a sus familias,

Cuentan con un equipo interdisciplinar de profesionales sanitarios, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, trabajadores sociales y cuidadores entre otros, para ofrecer un tratamiento personalizado y de calidad.

Cuidado la salud de los que más te importan a través del estómago

Y es que para prevenir ciertas enfermedades no degenerativas es importante estar presente en el día a día de los mayores. La alimentación, por ejemplo, juega un papel fundamental. Comer no es solo un acto de disfrute, también es un pilar esencial de la salud de las personas. Como hemos visto anteriormente, y pese a que hay otros factores que también influyen, una alimentación equilibrada ayuda a prevenir la obesidad, la diabetes y algunos problemas cardíacos asociados con el exceso de grasa.

alimentacion saludable

En Valdeluz consideramos que comer es un placer, pero también una herramienta útil a la hora de cuidar a nuestros mayores. Nuestra oferta gastronómica se basa en platos tradicionales y cocina casera. Por eso contamos con cocina propia, donde elaboramos deliciosos y equilibrados menús adaptados a las necesidades clínicas y los gustos personales de cada residente. Eso sí, garantizando que cada comida contenga el aporte nutricional necesario.

Envejecimiento activo

Alcanzar la tercera edad abre una puerta a disfrutar de la vida de otra forma. Una manera que implica seguir realizando nuestros hobbies y descubriendo nuevos intereses. En nuestras residencias fomentamos que los mayores se mantengan activos, pero no solo físicamente, sino que desarrollamos actividades y talleres para estimularlos mental y socialmente.

Oportunidades de trabajar su cuerpo y su mente, pero también para aumentar su autoestima y autonomía, mientras que entablan relaciones entre ellos, aprenden una nueva habilidad o, simplemente, pasan un buen rato.

La salud y el bienestar de tu familia es nuestra prioridad. Ven a conocernos para saber más sobre cómo trabajamos por y para tu tranquilidad.

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