El establecimiento de rutinas, la interacción social y la participación en los diferentes tipos de actividades, son una de las principales diferencias que nos cuentan los mayores cuando ingresan en una residencia al trasladarse de su domicilio.

Las residencias de mayores son centros en los que las actividades son fundamentales en el día a día de los residentes. Actividades físicas, cognitivas, de la vida diaria o lúdicas, todas juegan un papel esencial en la estimulación, mantenimiento y rehabilitación del mayor.

En las residencias Valdeluz desarrollamos un amplio programa de terapias y actividades adaptadas al mayor, a sus necesidades y para trabajar objetivos específicos, favoreciendo un entorno estimulante, potenciando la sociabilización y mejorando su calidad de vida. Para ello, es esencial la adaptación de las actividades según las preferencias y gustos del mayor.

1. Actividad y ejercicio físico

La potenciación de un envejecimiento activo, viene de la mano de la actividad física adaptada, ya sea de mantenimiento o rehabilitación específica. El papel del fisioterapeuta es esencial para guiar este ejercicio. Trabajando el equilibrio, coordinación, reducción del riesgo de caídas, mejora de la movilidad y fuerza…

Encontramos actividades como:

  • Gerontogimnasia: actividad física guiada por un fisioterapeuta y adaptada a las capacidades de la persona.
  • Actividad física en el gimnasio: con el equipamiento especifico dirigido a mayores, ya sea en gimnasio interior o exterior.
  • Pilates adaptado: con todos los beneficios de esta disciplina.
  • Paseos por el exterior: caminamos en grupos reducidos por el exterior de la residencia acompañados de personal.
  • Paracaídas de color: movilizamos principalmente los miembros superiores.
2. Terapia cognitiva

Cuando hablamos de actividades cognitivas, puede que no sepamos a qué nos referimos, pero si hablamos de por ejemplo un taller de memoria, ya lo entendemos todos. Las actividades cognitivas son aquellas en las que nuestro cerebro procesa información, ya sea almacenando, trabajando o analizando. Las funciones cognitivas incluyen aspectos como la orientación, la atención, el pensamiento, el lenguaje o el cálculo.

3. Actividades básicas de la vida diaria e instrumentales

Estas actividades trabajadas desde la terapia ocupacional, se centran en las capacidades de los mayores trabajando la autonomía para actividades cotidianas, del día a día.

Las actividades básicas de la vida diaria, están dirigidas al propio cuidado básico de la persona, incluimos el aseo y vestido, alimentación, movilidad, higiene personal…

Las actividades instrumentales son de mayor complejidad que las básicas de la vida diaria y no son tan elementales para el día a día, pero son imprescindibles para poder vivir de manera autónoma. Por ejemplo, preparación de la comida, limpieza del hogar, control del dinero, administración de la medicación…

4. Actividades lúdicas

Estas son las actividades recreativas o de ocio, que incluyen paseos, actividades ocupacionales, juegos, deportes y ejercicios, campeonatos, bailes… sin duda estas actividades también pueden incluir un aspecto físico o cognitivo.

Trabajamos y potenciamos la interacción social.

  • Caídas previas: En algunos documentos se hace hincapié en la historia de caídas en los últimos doce meses
  • Medicamentos: Aquí se valoran los fármacos que de alguna manera pueden fomentar el riesgo de caídas.
  • Déficits sensoriales: No hace falta decir que la falta de visión o auditiva aumentan el riesgo de caídas. Afectaciones en las extremidades como amputaciones y/o intervenciones quirúrgicas hacen que se sumen puntos de riesgo y aumente el riesgo de sufrir una caída. Al igual que enfermedades que alteran la marcha como un ictus.
  • Estado mental: Un estado de confusión, agitación o deterioro cognitivo influye en el riesgo.
  • Deambulación: La alteración de la marcha, la movilidad, el equilibrio y el uso de dispositivos de ayuda (bastones, muletas, etc.) son aspectos para tener en cuenta a la hora de valorar este ítem. Cuando nos encontramos más de dos de estos cinco factores en una persona (puntuación superior a 2 puntos) existe un alto riesgo de caídas.
Actividades en residencia: beneficios para los mayores

Estos cuatro grupos de actividades nos permiten establecer rutinas de trabajo con los mayores y generar diferentes actividades en residencia.

Actividades dirigidas y adaptadas, según las necesidades, gustos y preferencias del mayor. Otra opción es la de mantener aquellos hobbies que la persona ya desarrollaba anteriormente.

Algunos de los beneficios de su realización son:

  • Potenciamos la sociabilización del mayor: ofreciendo un entorno estimulante y seguro, unido a nuestras unidades de convivencia que favorecen el enriquecimiento mutuo entre mayores con un perfil similar.
  • Mejora del estado de ánimo y emocional.
  • Prevención del dolor físicas, impulsamos el movimiento y la actividad física.
  • Mantenemos activa la mente y trabajamos diferentes procesos cognitivos.
  • Estimulación y rehabilitación física, cognitiva y de las actividades de la vida diaria.
  • Ocupamos el ocio con actividades guiadas.
  • Mejora del bienestar general y la calidad de vida.