El diagnóstico de la Demencia es fundamentalmente clínico, mediante una correcta evaluación neurológica, junto al apoyo de pruebas cognitivas y una valoración neuropsicológica además de pruebas de imagen.
Pruebas y evaluaciones médicas
La Historia Clínica tiene un lugar relevante en función de los antecedentes consignados o patologías previas (Diabetes, Hipertensión arterial, Arritmias, Dislipemias, patología oncológica previa etc.) y factores de riesgo.
El médico que recibe al mayor, muchas veces acompañado por un familiar, tiene un rol determinante pues tras la valoración clínica tendrá una sospecha presuntiva del proceso y será quien derive al especialista para pruebas diagnósticas.
La petición de dichas pruebas diagnósticas la realizará el Neurólogo o el Geriatra. También el especialista en Medicina Interna podría solicitarlos si fuera difícil acceder a los anteriores.
La idea es, a parte de una exhaustiva exploración clínica, valorar las imágenes a nivel encefálico y las pruebas analíticas para diagnósticos diferenciales.
En ellas se evidenciarán alteraciones diversas, según el proceso de base, que permitirán identificar magnitud y extensión de la afectación sospechada además de su probable etiología.
La Tomografía Axial Computarizada y la Resonancia Magnética craneal son pruebas para obtener una imagen detallada del cerebro. Permiten ver alteraciones en sustancia blanca, gris, ventrículos cerebrales o meninges.
En casos de duda la Tomografía por emisión de Positrones es una prueba, también de imagen, que permite visualizar incluso la disfunción en el metabolismo de la glucosa para identificar áreas cerebrales comprometidas cuando hay una enfermedad neurodegenerativa.
También es un apoyo para el diagnóstico la valoración neuropsicológica, para tipificar el grado del proceso neurodegenerativo, en base a escalas cognitivas como el Mini Mental State Examination, el Mini Examen Cognoscitivo (MEC),
otros como el Test del Reloj (cuando está alterado aumenta el cociente de riesgo de padecer una Enfermedad de Alzheimer).
Establecido el diagnóstico presuntivo se debe tener en cuenta el diagnóstico diferencial realizando las pruebas de laboratorio pertinentes.
Para ello es fundamental descartar causas potencialmente reversibles o tratables. Una de ellas es la Depresión (con una incidencia a tener en cuenta).
Toda esta batería de pruebas, de distinto tipo, permitirán afinar el diagnóstico de Demencia (en función de los resultados) y definir el tipo de la misma (Alzheimer, Demencia Frontotemporal, Demencia por Cuerpos de Lewy, etc.) e incluso el grado de gravedad.
Autor: Silvia Lores Torres (Dirección Médica Valdeluz)