Durante el envejecimiento normal puede apreciarse una disminución de la agilidad y de los reflejos.

También se puede apreciar mayor dificultad para concentrarse, en tareas y detalles, por lo cual es fácil olvidar cuestiones recientes de escasa importancia o trascendencia así como es posible no recordar, de modo pormenorizado, asuntos del pasado.

Además todos estos aspectos pueden verse acentuados cuando hay afectación del estado de ánimo secundaria a pérdidas de personas queridas, y cercanas, situación que se incrementa con el paso de los años y que impacta en la capacidad de atender (función relevante para retener información nueva).

Diferencias del envejecimiento normal respecto de la enfermedad neurodegenerativa

Durante el envejecimiento normal puede apreciarse una disminución de la agilidad y de los reflejos.

También se puede apreciar mayor dificultad para concentrarse, en tareas y detalles, por lo cual es fácil olvidar cuestiones recientes de escasa importancia o trascendencia así como es posible no recordar, de modo pormenorizado, asuntos del pasado.

Además todos estos aspectos pueden verse acentuados cuando hay afectación del estado de ánimo secundaria a pérdidas de personas queridas, y cercanas, situación que se incrementa con el paso de los años y que impacta en la capacidad de atender (función relevante para retener información nueva).

Diferencias del envejecimiento normal respecto de la enfermedad neurodegenerativa.

Cuando las alteraciones de memoria aparecen en personas jóvenes es fácil considerar que esto que ocurre no forma parte de un proceso normal y por tanto se pone en marcha la valoración del caso de modo más rápido.

En cambio cuando la pérdida de memoria se produce en las personas mayores puede confundirse con un proceso de envejecimiento normal y demorarse el diagnóstico y por ende el abordaje terapéutico.

En este caso la pérdida de memoria no es transitoria y empeora con el paso del tiempo.

Una afectación de la memoria a predominio de cuestiones recientes, como fechas, eventos, nombres que son importantes o significativas para el mayor y por las cuales pregunta una y otra vez.

También le resultará más dificultoso llegar a sitios conocidos y podrá manifestar alteraciones emocionales como apatía, irritabilidad fácil, temores, tristeza y/o inquietud.

Tanto el descanso nocturno como el apetito pueden verse afectados apareciendo problemas para conciliar, o mantener, el sueño así como compromiso de las ingestas, pudiendo tener una repercusión en su estado nutricional, en algunos casos.

Por otro lado pueden aparecer comportamientos inadecuados y dificultad para planificar tareas y resolver problemas.

Comenzarán a necesitar ayuda para realizar tareas sencillas y cotidianas.

Cada actividad nueva supondrá un esfuerzo y todo ello le generará frustración.

Poco a poco se irán recluyendo eludiendo salidas y contacto con otras personas todo lo cual irá agravando progresivamente el desempeño.

En resumen, en las personas mayores habrá que prestar atención a los olvidos recurrentes de cuestiones importantes, repetición de frases, dificultad para comprender ideas nuevas e incluso para expresarse correctamente.

Es fundamental estar pendiente de todas estas manifestaciones relatadas y comentar al médico para recibir una valoración precoz por parte de un especialista.

Efectivizar un diagnóstico temprano permitirá plantear estrategias terapéuticas (farmacológicas y no farmacológicas) para un abordaje integral que ralentice el avance del proceso de deterioro cognitivo y funcional.

Autor: Silvia Lores Torres (Dirección Médica Valdeluz)